sábado, 26 de marzo de 2016

La resistencia comunista de posguerra en Málaga. Reorganización y lucha clandestina del PCE (1939-1949)



Eduardo Joaquín del Rosal Fernández

Consecuencias de la derrota.
En la mañana del día 8 de febrero de 1937 entraban en la capital malagueña las avanzadillas de las tropas “moras” y falangistas que mandaba el coronel Borbón[1]. Habían terminado los siete meses de acoso continuo, los bombardeos indiscriminados, las penurias del vivir cotidiano de una ciudad cercada y que desde un principio acogía a una enorme marea humana de refugiados[2].
Apenas unas horas antes de la caída de Málaga la gran mayoría de la población, sintiéndose amenazada, decidía huir por el único camino posible, la Carretera de Almería. Allí padecieron el terrible calvario del acoso de la aviación y la flota fascista, mientras eran perseguidos por las fuerzas motorizadas italianas, dejando un sendero de cadáveres a lo largo aquel tortuoso camino.
Después llegaría la represión fría y brutal, que llevaría a miles de republicanos, socialistas, libertarios y comunistas a las cárceles y a ser ejecutados en las cunetas de las carreteras y en las tapias de los cementerios de toda la provincia. En la capital se calculan que más de 3500 hombres y mujeres fueron asesinadas en las tapias del cementerio San Rafael, el tristemente célebre “Batatá” y en más de 7000 sin contabilizamos los ejecutados en los diferentes pueblos y que integran las numerosas fosas que pululan las localidades malagueñas. Nunca hubo, desde esos instantes, un solo minuto de libertad en Málaga, la cárcel, la tortura y la muerte fueron la “ley”, mientras duró el gobierno de terror del dictador y sus aliados[3].
Pepe Gallardo Moreno, concejal comunista, Secretario general UGT local y Comisario Batallón "Méjico", fusilado
La mayoría de los dirigentes del PCE y muchos de los militantes malagueños fueron ejecutados al finalizar la guerra,[4] Otros fueron a parar a campos de concentración, batallones de trabajo y a las cárceles, como José Sánchez Santos y los dirigentes de las JSU Esteban Guerra, Eduardo Muñoz Zafra o Antonio Rubiales. El resto intentó sobrevivir en un medio hostil, donde la organización nunca dejó de existir totalmente. La audacia, valentía y espíritu de lucha sólo pueden explicar que el PCE se reorganizara. Allí donde había un comunista existía el Partido.
Otros sufrieron un largo exilio como Luis Abollado en la URSS, Lina Molina y Luis González en Francia, este último asesinado bajo la ocupación nazi, Tomás García en Santo Domingo y Francia, Adolfo Sánchez Vázquez en Méjico, o Manuel Morales Reyes en el norte de África.
Los que al final se encontraron en el puerto de Alicante y no pudieron salir del país, como Esteban Guerra,  lo recuerdan:
“Cuando acaba la guerra la última resistencia fue en el muelle de Alicante, allí al primero que vi fue a Rodrigo Lara,..., allí estaba Baldrich de La Línea. Bueno pues allí con sacos de lentejas hicimos trincheras, traimos los cañones y los pusimos allí, nosotros no entregábamos nada. Y decíamos: si vienen los italianos por nosotros se van a quedar aquí. Todas eran fuerzas aguerridas y comunistas además. Los italianos se olieron el tomate y pensaban que si entraban allí se iban a quedar todos. El jefe de nuestra División era José Recalde, que era del partido, estaba con su uniforme con sus estrellas de teniente coronel y decía: ¡Que vengan!   En el puerto de Alicante no teníamos más salida que esa, dejarnos matar era una tontería y se discutió con un jefe que vino a parlamentar. Estuve en Albatera hasta que se terminó el campo, habíamos 30.000,..., eso sería en abril hasta octubre del 39, unos siete meses.”[5]
En el campo de concentración de Albatera, que reunía a cerca de 12000 presos en condiciones infrahumanas, se concentraba un gran número de dirigentes comunistas, que no habían podido salir de España, que inmediatamente constituyeron un Comité de Campo, entre los que estaban el director de Mundo Obrero Manuel Navarro Ballesteros, Ramón Ormazabal, Jesús Larrañaga, Montiel, José Cazorla y los malagueños Enrique Sánchez [6] y Rodrigo Lara Vallejo.
Semanas después de la entrada de las tropas franquistas en Madrid ya se inician los pasos para constituir la primera delegación del Comité Central del PCE en la clandestinidad, compuesta por el malagueño Enrique Sánchez que había logrado salir del campo de concentración y José Cazorla Maure de la Ejecutiva de las JSU, además del doctor José Izquierdo, Amable Donoso, Ramón Torrecilla, Antonio Buero Vallejo, y Matilde Landa como responsable del Comité Provincial de Madrid.[7] Tras la detención de esta última, en abril, los restantes miembros del Comité tuvieron que abandonar las actividades clandestinas y a finales del año serían detenidos. Durante la detención Enrique Sánchez ...era torturado a todas horas para arrancarle confesiones comprometedoras para camaradas y organizaciones no conocidas por Donoso. Esto duró semanas. Pero Enrique Sánchez no abrió la boca. Según él, cuando un comunista no tiene fuerzas para soportar la tortura, debe quitarse la vida. Todo antes de facilitar al enemigo una información perjudicial para el Partido u otros camaradas”[8]. Posteriormente fueron Cazorla y Enrique Sánchez recluidos en la cárcel de Conde de Toreno, siendo fusilados el 2 de julio de 1940. 
También en Albatera estaban otros cuadros de Málaga que se cambiaron sus nombres, por los de otros que habían caído, y organizaban huidas para salvar sus vidas y poder seguir la lucha. Entre ellos estaban Joaquín Luna Nieto y Antonio Garrido, que consiguieron escapar. Puesto que llevaban encima un petate con ropa nueva estuvieron observando los pasos de las comisiones depuradoras que visitaban el campo diariamente y un día se camuflaron entre ellos. Joaquín sería uno de los primeros reorganizadores del PCE. Otros corrieron peor suerte como Rodrigo Lara Vallejo, el Secretario provincial de Málaga, que cuando estaba en la Plaza de Toros de Alicante, convertida en campo de clasificación, tomó el nombre de un miliciano caído en el Chorro, Pérez Amat, y junto a otros militantes malagueños constituyeron grupos pequeños para no llamar la atención y dificultar su reconocimiento. Luego Rodrigo Lara fue trasladado a Albatera, de allí intentó escapar pero fue detenido y posteriormente sería ejecutado.[9]  

El inicio. Primera reorganización de los comunistas malagueños.
Los primeros contactos son aislados y los llevan a cabo jóvenes comunistas que había tenido responsabilidades en las JSU y se realizan entre 1939 y 1940,  con el objetivo de recaudar fondos para los presos. Y constituyen la primera dirección efectiva a finales de 1940, con José Luna Nieto como Secretario Político, José Cerezo, Enrique Doménech, Enrique Tirado, Antonio González, Muñoz, Antonio López y Salido. Esta reorganización la llevarían a cabo los dos primeros utilizando como cobertura para los contactos  una agencia de publicidad que fundaron, PROFUCIO, que les servía de sustento y como medio para avalar y recomendar a otros militantes para la obtención de trabajo o para no ser detenidos. Consiguieron establecer células en los barrios de El Palo, Puerto de la Torre, Centro, Capuchinos, Malagueta, Victoria, Ciudad Jardín, etc.
   Si la ayuda a los presos y sus familiares, con alimentos, medicinas o dinero era una de principales tareas de aquellos momentos de clandestinidad. Hubo un caso de especial relevancia que tuvo por protagonista a Joaquín Luna, que se vio comprometido con la madre de los Gallardo, doña Elvira, que había sido para los jóvenes comunistas “La Madre”, y que cuando su hijo José, que había sido concejal comunista y Secretario General de la UGT en Málaga, había sabido del encarcelamiento de su compañera, aunque ella no se había significado políticamente, este se presentó en la Cárcel de Mujeres de Málaga para verla y entregarse. Cuando lo iban a fusilar, el 1 de julio de 1941, doña Elvira abordó a Joaquín rogándole que hiciera todo lo posible por rescatar el cuerpo de su hijo de la fosa común. Como quiera que uno de los integrantes del Tribunal de la Masonería y el Comunismo, era conocido de Joaquín Luna, por haber pertenecido ambos al Patronato de Exploradores de Málaga durante la República, este acepto el peligroso asunto. Luna cuenta este episodio:
   “... Hube de requerir a D. Carlos Álvarez Ulmo no antes de muchas valoraciones, pros y contras, solo de ti para mí por encima de riesgos, redactó el oficio (...) La madrugada siguiente Pepe Alcaraz, Elvira, Concha y su hermano, yo y el sepulturero[10] fuimos testigos de la extracción del cadáver y previamente adecentado de las heridas y envuelto en sábanas llevadas por su madre fue enterrado en una fosa particular (...) Como llovió torrencialmente hubimos de penetrar en la fosa llena de agua, buscar entre los cadáveres hasta dar con el de Pepe Gallardo, limpiado con aquellas aguas generosas del cielo que sirvieron de abluciones a cuerpo de persona tan querida de las clases trabajadoras de la ciudad...”[11]
Mientras tanto, la empresa PROFUCIO evolucionaba tan positivamente que llegaron a montar una película sobre los productos de la tierra, y que iba a ser titulada “Málaga, perla del sur mediterráneo” y donde participaron los Coros y Danzas de la Sección Femenina. Algo así en aquellos tiempos no podía llegar muy lejos y, a finales de 1941, dos avalados por la empresa, un tal Jiménez y otro conocido por “Madriles”, fueron detenidos, lo que conllevó a que Enrique Doménech y Joaquín Luna fueran detenidos y llevados al cuartel de la Guardia Civil de Nateras. Allí conoció que en Madrid un tal Neira había hablado de él en un interrogatorio, y  estuvo incluido en el llamado “Proceso del Niño de Sevilla” del que salió en libertad de la acusación de adhesión a la rebelión en enero de 1943.[12]
En manifiestos del Comité Central de agosto de 1941 y septiembre de 1942 el PCE había realizado una llamada a crear la "Unión Nacional", con el objetivo de impedir la entrada de España en la II Guerra Mundial y constituir un gobierno de unidad nacional una vez derrotada la dictadura y fueran restablecidas las libertades políticas y la República. El Partido llamaba a sabotear la producción destinada a Alemania y realizó una campaña contra el alistamiento en la División Azul bajo el lema “Ni un hombre, ni un arma, ni un grano de trigo para Hitler”.[13] Mientras, José Díaz Ramos, enfermo desde antes del final de la guerra fallece, el 21 de marzo de 1942,en Tbilisi sustituyéndole en la Secretaría General Dolores Ibarruri.
Las células comunistas tenían entre sus preocupaciones el debatir la evolución de la Guerra Mundial a través de los detalles que daba por radio "La Pirenaica" y la BBC. Además confeccionaban a mano una hoja resumiendo las principales noticias que luego eran repartidas entre la gente afín. También recogían unos boletines multicopiados del Consulado francés y  revistas de los consulados inglés y americano, para propagar las noticias de los Aliados. Asimismo, en contacto con el consulado, pasaban a franceses de la resistencia que iban a Casablanca o Tánger concertando el viaje en barcos de pesca que salían desde el puerto malagueño[14].
La organización del PCE estaba estructurada para sortear los peligros de la clandestinidad y primero lo hicieron con el trabajo en cadena, es decir, en contactos aislados de uno en uno. Posteriormente lo harían en troica, en células de tres,  y siempre utilizando nombres de seguridad. A pesar de las precauciones eran continuas las detenciones de militantes. Sin embargo, el Partido seguía reforzándose y las guerrillas en la provincia estaban adquiriendo importancia, lo que hacía que el régimen acentuara la vigilancia y la represión.
Agrupación guerrillera de Málaga y Granada
En los días que antecedieron a la caída de 1944, en el seno del Partido Comunista de Málaga se celebraban numerosas reuniones del núcleo dirigente: José Cerezo como Secretario general, Enrique Doménech, Enrique Tirado, Antonio González, Antonio López, Muñoz, Salido y Joaquín Luna, que había sido el primer Secretario General en 1940 y que había salido de prisión en 1943. Estas reuniones tenían por objeto el traspaso de la secretaría general a Luna, pero éste último no accedía a ello hasta que no se cumplieran ciertas medidas de seguridad, entre las que resaltaba la de reorganizar nuevamente todo el Partido en Málaga, para que adquiriera mayor seguridad, ante posibles infiltraciones de la policía. Además Luna tenía serias reservas sobre un "delegado" llegado de Madrid que por aquel entonces mantenía contacto con Cerezo, y otros militantes, mostrando un especial interés por conocer la organización guerrillera y los cargos directivos del partido, muy especialmente quién se iba ha hacer cargo de la secretaria general.
Por aquellos días también había recalado en Málaga un antiguo coronel de caballería, don Moisés, conocido por Luna, en el frente extremeño durante la guerra, y que pretendía que en Málaga se llevara un descabellado levantamiento aprovechando la importante presencia de antiguos carabineros y Guardias de Asalto en las filas del Partido. Asimismo, coincidió esto con la llegada de otro militante, Antonio Castillo, que traía el ofrecimiento de armas de unos "amigos" que estaban en Gibraltar para las guerrillas. Todas estas coincidencias hicieron que Joaquín Luna abrigara aún más sospechas sobre la existencia de un intento de liquidación de toda la organización  malagueña. Es por ello que puso sobre aviso a Antonio Castillo, y este huyó hacia Valencia.
Las precauciones que empiezan a tomarse hacen que el "delegado" de Madrid desapareciera, sin la documentación que pretendía, y al poco tiempo comenzaron las detenciones en la capital. Todo parece que debido a la labor de un confidente de Sevilla, aunque también hay la versión de que fueron los servicios de información norteamericanos, con los que se colaboraba, los que entregaron a los resistentes e incluso se habló de la participación del cónsul estadounidense[15]. La policía consiguió desmantelar la organización malagueña en febrero de 1944, deteniendo a unos noventa militantes, y destruyendo a la vez la cadena de transmisiones entre la costa y Madrid, así como el aparato del partido en Ceuta y Melilla.[16]
Manuel Martín Rico, "Niño de la Noche" y anteriormente alcalde comunista de Nerja
Fué detenido Joaquín Luna, en la notaría donde trabajaba, junto a prácticamente toda la dirección del Partido. José Cerezo cuando tuvo la evidencia de la orden de detención huyó hacia el puerto para esconderse en unas barcas motorizadas, como había acordado antes con unos marineros colaboradores para una supuesta reunión en alta mar, para luego por la noche ir hacia las costas africanas. Pero la policía lo estaba esperando y Cerezo se tiró al agua, por lo que tuvieron que rastrear toda la zona de embarcaciones amarradas, hasta que Cerezo agotado bajo el agua emergió y fue atrapado. 
Durante los días que estuvieron en la Comisaría de la Aduana fueron sometidos a “hábiles” interrogatorios, donde las palizas y las horas de pié con la cara pegada a la pared eran continuas. Tras las primeras declaraciones fueron trasladados a la Prisión Provincial y recluidos desde el primer momento en celdas de condenados a muerte, donde pasaron horas de gran angustia. Allí discutían sobre la situación en que se encontraban, Antonio González y Pepe Cerezo, estimaban que la coyuntura internacional jugaba a favor de ellos, sin embargo el resto era más pesimista en lo concerniente a recibir ayudas exteriores y pensaban que “el fascismo si tenía que caer lo haría matando”.
Al sexto día de encierro, a las 7 de la mañana, se escuchó el abrir de los cerrojos y como los carceleros comenzaban a nombrar a los que debían recoger sus pertenencias para efectuar un traslado: Tomás Cerezo, Joaquín Luna, Luis Martín, José Jiménez, Antonio Antón, José Montero, Esteban Guerra y Pedro Fernández Viguria, eran llevados al celular central. Mientras el resto de ellos: José Cerezo, Salvador Soler, Enrique Tirado, Antonio González y Adolfo Pacheco permanecieron en las celdas de condenados a muerte, a pesar de que ni siquiera habían sido enjuiciados todavía.
En el Palacio de Justicia el 21 de abril, a las 10 horas, se inició el Consejo de Guerra con carácter sumarísimo de la causa nº 256, instruida por el juez militar nº 3, Teniente Coronel, Francisco Sánchez del Pozo España y de fiscal Mamerto Cerezo.  En Málaga se intentó una campaña de propaganda en favor de los presos y a la llegada de estos fueron recibidos, por una multitud de familiares y amigos, como héroes y se escuchaban gritos desde la calle de ¡Libertad, libertad,...!.
Durante la audiencia Antonio González realizó unas declaraciones atacando al tribunal como "enemigos del pueblo" y anunció la próxima liberación nacional con el triunfo de los Aliados en Europa. Esto junto a ser considerado universitario hizo que vieran en él, jueces y policías, al "cerebro" de la organización que tanto perseguían conocer durante los interrogatorios.  Las sentencias fueron durísimas, decenas de años de cárcel para unos y, lo peor, sentencias de muerte para cinco de ellos.
La noche trágica en que estaba previsto el cumplimiento de las sentencias, Cerezo, Soler, Tirado, González y Pacheco, cuenta José Luna: "todos los condenados la pasamos entre sollozos, vivas a la República y rabia de impotencia,...". Cuando efectivamente sacaron a los cinco condenados de sus celdas estos se resistieron a ser amarrados con alambres y fueron salvajemente golpeados, Antonio González daba estentóreos vivas a la República y al Partido Comunista, siendo callado mediante brutales culatazos en su cabeza por los guardias civiles que los llevaban hacia la muerte.
Fueron fusilados, el 8 de agosto, junto a las tapias del cementerio de San Rafael, donde ya habían caído miles de luchadores antifascistas. Al día siguiente los presos realizaron un plante que consistía en no coger el desayuno, como señal de luto por sus camaradas asesinados[17].

 Alfredo Cabello Gómez de Acebo
Nuevas reorganizaciones del PCE.
A la anterior dirección comunista en Málaga le sustituyó otra encabezada por Antonio Campos Roldán, dirigente ferroviario y antiguo concejal en la Gestora Municipal del Frente Popular, que junto a Rafael Palma Herrera en la secretaría de organización estructuran un nuevo Comité Provincial, entre los que se encontraban: José Chicón Martín, Enrique Doménech Calderón, Alfredo de Jorge Romero, Ricardo de la Cuesta Borrallo, José Grimaldi Navarro, Germán Yánez Lozano, Francisco Pérez Yuste, Pedro Morales Periañez, Diego Gil Gutiérrez, Juan Gil Gutiérrez, Diego Vivas López, Salvador Márquez Fernández, Diego Jiménez García y José Morales Sánchez. Todos ellos fueron detenidos, en agosto de 1945, junto a militantes de Estepona, Marbella, San Pedro de Alcántara, Parauta, Benahavís, y Torrox. Precisamente en esta última localidad detienen además de al maestro Germán Yañez a Antonio Álvarez Espejo, José Núñez Noguera, Eduardo Luque Vallejo, José Álvarez Mesa y José Mesa López.
Juzgados en Consejo de Guerra Sumarísimo, acusados, junto a otros 106 militantes, de la acción política llevada a cabo en nombre de la Unión Nacional en las costas malagueñas. Tras el juicio estos dirigentes fueron condenados a penas de entre cuatro y un años de prisión.[18]
A pesar de esta caída tan importante el PCE, en 1945, siguió funcionando mediante una serie de células que no se vieron afectadas en la capital, y consiguieron mantener una importante implantación en las principales zonas industriales. Estas células se agrupaban en cuatro Radios con sus respectivos responsables al frente y se contactaban entre sí mediante  enlaces con el Comité Provincial.             
Las principales actividades de esta organización seguía siendo la recaudación de dinero para el socorro a los presos políticos y sus familiares, así como para el mantenimiento de la `propia organización. Pero además realizaban modestas distribuciones de propaganda del Partido, entre ellas el periódico Unidad o extractos de Mundo Obrero; realizaban pintadas de la “R”, de Resistencia o República; y también hacían  labor  proselitista para la captación de nuevos militantes para el Partido y las guerrillas. La coordinación y las instrucciones de órganos superiores, así como el suministro de la propaganda y la recogida de la recaudación de dinero de las células las realizaba un enlace que contactaba con los jefes de cada grupo y con el responsable de Radio o del Comité Provincial.
   Los jefes de Grupo y células del Radio nº 4 eran: La célula nº 1 que comprendía la zona de la Estación de ferrocarriles y tenía por responsable a Rafael Pérez García; la célula nº 2 actuaba en la zona del Perchel y su responsable era Francisco Calderón Torres que trabajaba como cerrajero en los Talleres de los ferrocarriles; la célula nº 3 en el sector de la S.A. VERS y cuyo responsable era un obrero de la fábrica del Gas; la célula nº 4 en el sector del barrio de la Trinidad y su responsable era el denominado Frasquito “el Estraperlista”; y la célula nº 5 que actuaba en el distrito de los Guindos y tenía por responsable a José Sánchez García “el Chato” que trabajaba como fundidor en la fábrica del Plomo de Huelin y era natural de Vélez-Málaga.[19]
Julio Ramos Corral fusilado el 12-12-1939
Dentro de los Talleres de Ferrocarriles actuaba un comité del Partido organizado por Francisco Calderón Torres y del que formaban parte Juan Pérez Guerrero que era mecánico y natural de Mengibar (Jaén) como responsable político; Rafael Pérez García, ferroviario de Pizarra, como responsable administrativo; José Rodríguez Martín de responsable de agitación y propaganda; además de Manuel Cobos Sánchez que era carpintero de los talleres y Francisco Martín Ramírez, entre otros. En otras empresas trabajaban  Francisco Montoya y Antonio López Molina en la Fábrica “La Esperanza” de Ruperto Heaton, este último era natural de Játiva y estaba desterrado en nuestra ciudad; José Martínez Pérez  que era carpintero en los talleres de la S.A. VERS;; Francisco Reina que trabajaba como mecánico en la Fundición Gallego del Pasillo de Santo Domingo; Antonio Jiménez Mandly que era metalúrgico.
Durante este periodo el Partido buscaba la visibilidad de la oposición a la dictadura entre el pueblo y no dudan en realizar modestas acciones por muy arriesgadas que parecieran. Así se  impulsa la consigna de que todos los miércoles fueran días de la Resistencia, y  que en este día no se hicieran compras de ninguna clase, ni siquiera se montaran en el tranvía. A la vez se pintaban la "R", de Resistencia y República[20], por todos los sitios que se pudieran. También jóvenes comunistas iban  en parejas, simulando ser novios, para colocar banderas republicanas, que llevaban escondidas en paquetes como si fueran dulces, en el Seminario y en el Castillo de Gibralfaro. Esta labor la realizaban grupos de acción a la que denominaban “mosqueteros del Llano” siendo su jefe o responsable Francisco Moreno Morillas, así en noviembre de 1945  llegan a realizar pintadas de “Viva la República” y de la “R” en la Rosaleda, en el barrio del Perchel cerca del mercado, en el camino de Casabermeja y en el barrio de la Trinidad. El 31 de diciembre colocaron banderas republicanas en el monte San Antón, en el Cerro Coronado, en el castillo de Gibralfaro. En esta actividad participaron Antonio Ruiz Gómez y su hermano Manuel, además de otros dos militantes más.  
Coincidiendo con la caída de un nutrido grupo, de hasta 90 comunistas en 1946, tras la detención de Alfredo Cabello Gómez de Acebo en la capital, fue elegido Secretario General Antonio López "el aparejador" que poco después accidentalmente fue detenido y posteriormente también fusilado.
En aquellos años Joaquín Luna fue elegido Secretario General del PCE en el interior de la Prisión Provincial, en donde también se discutía de la situación internacional y el desarrollo de la Guerra Mundial y se editaba Vanguardia[21] como órgano del PCE en la Prisión Provincial en 1946.  Posteriormente Luna y el Comité de la cárcel dimitiría por una controversia con Ramón Vía con el que no estaban de acuerdo en como se iba a realizar la operación de fuga, ya que iba a ir acompañado de militantes a los que les quedaban apenas unos meses de condena[22].
El periódico Unidad, comienza a editarse en 1946 y era el órgano del Comité Provincial, se elaboraba con una multicopista que situada en la barriada de Ciudad Jardín, el cliché estaba en Molinillo del Aceite y el papel y la tinta en la calle Agua. Finalmente lo confeccionaba Manuel Romero Díaz que se lo entregaba a Francisco Montoya para su distribución, que a su vez quedaba con otros distribuidores en las zonas de la Catedral, calle Santa Maria y en las puertas de los cines, con la correspondiente contraseña. Las últimas veces que se editó el periódico se hizo en las oficinas de la Sociedad Anónima "El Ocaso", y de su último número se hizo una tirada de 6000 ejemplares, era en 1947[23].
Con anterioridad, a finales de 1945, el Comité Provincial del PCE  había editado un Boletín interno denominado Nuestra Línea[24] que duraría hasta enero de 1947. Estaba estructurado en tres apartados: Unidad, Lucha y Organización. En Lucha planteaba incrementar el reclutamiento para los guerrilleros del monte y del llano, y que cuando hubiese un detenido se debía desatar inmediatamente una campaña de protesta que evitase la impunidad de los crímenes, como en el caso de Juan Alba, que había sido brutalmente torturado y criticaba la incapacidad del Partido para movilizarse. Sin embargo se congratulaba de la conseguida en favor de Ramón Vía, que aunque lenta e imperfecta había logrado el fin de sus torturas y evitado su “ejecución silenciosa”.[25]
El boletín interno Nuestra Línea, coincide con la difusión externa de Unidad, y es un material de primer orden para conocer la evolución de la organización clandestina del Partido y de sus objetivos políticos. Así en  de enero de 1946, planteaba la creación de comités de enlace entre el Partido Socialista y el PCE, y también entre los sindicatos UGT y CNT, proponiendo crear grupos de solidaridad en las empresas, barriadas y aldeas. Además apelaba a la creación de grupos de mujeres hasta conseguir formar el Frente Femenino Antifranquista Malagueño. Igualmente con relación a los intelectuales y hombres de la cultura fomenta la creación de un Frente de Intelectuales Antifranquistas Malagueños. Y en los cuarteles se propone crear Juntas de Resistencia Antifascista. Como medidas para combatir el terror franquista propone además de movilizaciones, consistentes en huelgas, manifestaciones o cartas, señala el solicitar de los cónsules de las naciones democráticas que intercedan a favor de los presos, al igual que se realizó con Ramón Vía y Fernández Gálvez. También desde este periódico se impulsaban tareas de solidaridad ante la miseria que padecían los familiares de los detenidos y que cuando se carecieran de medios llegaba a aconsejar el asalto a almacenes y tiendas de grandes estraperlistas para “que no haya en nuestra provincia un solo patriota que se muera de hambre y frío”.[26]  
Acto del PCE en Moscú en 1940 con Dolores, Isidoro Acevedo, Enrique Lister, Irene Falcón,...
El Comité Central PCE celebró su primera reunión después de la guerra en Toulouse, el 3 de diciembre de 1945. Allí se aprobó una nueva línea política que suponía la apertura hacía la incorporación a la lucha contra la dictadura de sectores que habían sido aliados de Franco. Dolores Ibarruri en su informe proponía la formación de un gobierno de “coalición nacional”, compuesto por la izquierda, representantes de los bloques monárquico y católico, e incluso militares del ejército franquista, y que tendría por objetivo organizar un plebiscito en el que el pueblo español determinara la futura forma constitucional del estado. Apenas dos meses después el PCE anunciaba la integración en la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (ANFD)[27], organización que integraba a socialistas, libertarios y republicanos que había nacido como contraposición a la Unión Nacional de hegemonía comunista. 
Para reforzar la organización partidaria y la acción guerrillera es enviado a Málaga, después de pasar por la Escuela de Adiestramiento del PCE en Toulouse, el médico Luis Campos Osaba, bajo el pseudónimo de Alfredo o Jesús, junto a Manuel López Castro. Ellos dedicaron sus mayores esfuerzos a mejorar la conexión entre el partido y las guerrillas, apoyados en estas tareas por Carmen Gómez y Ana Gutiérrez Rodríguez que hacían de enlaces, primero desde la cárcel y luego en el exterior, transportando información, documentos, prensa y dinero. Luis Campos fue el responsable de la llegada a Málaga de Alfredo Cabello, para hacerse cargo de la jefatura de las guerrillas, tras la caída de Ramón Vía y en esas labores estuvo actuando hasta que fue requerido para ir a Sevilla, en junio de 1947, para reorganizar el Comité Regional del PCE junto a Ricardo Beneyto y José Mallo Fernández.
La política de acercamiento a los socialistas no fue aceptado de buen grado por los militantes malagueños, que cuestionaban la sinceridad y la fiabilidad política de éstos. Todavía recordaban los sucesos finales de la guerra y la entrega de los comunistas a las tropas de Franco. Así muchos cuadros siguieron trabajando por la Unión Nacional, obviando las directrices superiores de acercamiento a socialistas, libertarios y republicanos[28]. En estas fechas Cristóbal Criado es encargado, por la dirección, de organizar la solidaridad y la ayuda a los presos y sus familiares, creando el Socorro Popular Pro-presos de Málaga. Buena parte de la militancia comunista caería nuevamente, entre marzo y junio de 1946, con la detención del jefe guerrillero Alfredo Cabello Gómez de Acebo al que se le incautó  documentación con una relación  de militantes.   
El PCE celebra su III Pleno, del 19 al 22 de marzo de 1947, en la Alcaldía de Montreuil (París). En su informe Dolores Ibarruri señalaba que con un Gobierno, en el exilio, presidido por Rodolfo Llopis, donde se integraban todas las fuerzas republicanas, incluido el PCE, resultaba paradójico que no se pudiera  crear un frente republicano de todas las organizaciones democráticas que lo apoyaban y en el cual se apoyara para dirigir en el interior la lucha por el restablecimiento de la República. Para ello proponía la creación de un Consejo de la Resistencia donde podrían integrarse la ANFD y otras organizaciones como las Agrupaciones guerrilleras, las juventudes, los intelectuales, etc. Por otro lado el informe de Santiago Carrillo hizo hincapié en la necesidad de reconstruir la UGT clandestinamente en los centros de trabajo para en un paso posterior impulsar la huelga general política. Asimismo, Antonio Mije, se hizo eco de la publicación malagueña Unidad y de la intensificación de todo tipo de propaganda en las calles de España contra la dictadura. [29]
Antonio Mije
Así la noche del 30 de abril de 1947, como queriendo reafirmar las palabras de Mije, una brigada de seis militantes, encabezados por Carmen Gómez que había salido de la cárcel el año anterior, fueron al monte de las Tres Letras, donde estaban pintadas las siglas de las Juventudes Nacional Sindicalista de Falange, y las cambiaron por las de las JSU. Amaneció el 1º de Mayo en Málaga con una enorme JSU que podía verse desde toda la ciudad y con cuatro banderas republicanas colocadas por el mismo grupo en el Camino del Colmenar[30]. Tras este episodio, al mes siguiente, Carmen Gómez y su compañero Luis Campos Osaba se van para Sevilla a reorganizar el Comité Regional.
El referéndum anunciado por el Régimen de Franco sobre la “Ley sucesoria en la Jefatura del Estado”, para el 6 de julio, es denunciado por el PCE como un intento de la dictadura por maquillarse con una fachada monárquica para hacerse aceptable a los ojos de las potencias occidentales. Así, el 17 de junio, el Comité Central del PCE lanza un llamamiento a la abstención y a realizar acciones de cualquier tipo que hicieran visible la oposición a la dictadura[31]. Tras los resultados el PCE denunció el enorme “pucherazo” llevado a cabo por el Régimen y que a pesar de ello había supuesto un fracaso político, pues a pesar de las amenazas que había realizado contra los trabajadores estos no había acudido en masa a las urnas.[32]   

Algunos aspectos relacionados con la acción armada del PCE en Málaga.
Desde 1944 a la estrategia de oposición a la dictadura franquista, el PCE, impulsa la lucha armada desde la acción guerrillera. Si bien hubo núcleos de socialistas y anarquistas, lo cierto fue que ni PSOE ni la CNT se implicaron oficialmente en la oposición armada al Régimen[33]. Los primeros desembarcos en las costas malagueñas y granadinas datan de noviembre de 1943, y eran exiliados comunistas, instruidos por los norteamericanos para que les facilitaran información estratégica del Estrecho.
Un día de octubre de 1944 Ramón Vía Fernández, reconocido miembro del maquis francés, junto a un grupo de diez guerrilleros, llegados desde Argel, desembarcan en las playas cercanas a La Herradura. Ramón Vía[34], y su grupo, tomaron contacto con huidos que ya operaban en Málaga y constituyen el VI Batallón, siendo Jefe Supremo de su Estado Mayor. Vía y su grupo actuaron en la Axarquía y comarcas cercanas a Granada, consiguiendo crear una amplia red de enlaces, organizar 65 Comités de "Unidad Nacional" y distribuir hasta 4000 ejemplares de "Por la Unidad de la República".
Detenido, el 15 de noviembre de 1945, tras una delación, fue brutalmente torturado sin que pudieran hacerle hablar sobre el entramado organizativo de las guerrillas que él dirigía. Ya en la Prisión Provincial de Málaga, escribió un manifiesto, “Yo Acuso”,[35]donde relataba las terribles torturas a que fue sometido y como había protagonizado un intento de suicidio para no delatar a sus compañeros[36].  El Partido realizó una amplia campaña para salvar su vida, distribuyendo numerosas octavillas en los barrios.  Francisco Montoya, enlace con el Estado Mayor de la Guerrilla, llevó unas cartas a los cónsules americano, inglés y cubano, pidiendo que intercedieran por la vida de Vía y dejaran de torturarlo. Del éxito de esta campaña se hizo eco el boletín del Comité provincial del PCE Nuestra Línea y el del alto mando del Ejército Guerrillero ATAQUE.[37]
Desde la cárcel Ramón Vía organizó una fuga colectiva, el 1º de mayo de 1946, a través de un túnel, escapando 26 presos, militantes de la CNT y del PCE. De esta fuga se hace eco Mundo Obrero poniéndolo como ejemplo de firmeza revolucionaria y señalando como sus primeras palabras al estar libre fueron: “Ya estoy de nuevo con vosotros y dispuesto para la lucha” [38]. La dirección del Partido dio orden de salvar a los evadidos y se encargó a Alfredo Cabello y a José Muñoz Lozano “Roberto” de llevar a cabo la operación, como máximos responsables del Partido en la provincia[39].  La mayoría, sin embargo, fueron detenidos y el propio Vía junto a Antonio Daza López, Miguel Martín Cantos y Salvador Bermúdez Luque, que les había dado cobijo, fueron veinticinco días después, asesinados al aplicarles la Ley de Fugas[40].
También es de destacar la figura de Alfredo Cabello Gómez de Acebo[41] que llega a Málaga el 7 de septiembre de 1945, asumiendo el cargo de Jefe Provincial del Estado Mayor de las guerrillas, tras la caída de Ramón Vía. Apenas ocho meses después, intentando organizar la coordinación entre partido y las guerrillas, montando estafetas de enlace entre estos y desarrollando la política de Unión Nacional, es detenido, el 21 de mayo de 1946. Fue brutalmente torturado en los calabozos del Cuartel de Segalerva por la guardia civil. En la detención le encontraron abundante documentación, lo que ocasionó la caída de numerosos militantes de Málaga y la provincia, de los que serían encausados sesenta y nueve de ellos.
Fue juzgado en Consejo de Guerra Sumarísimo, el 26 de enero de 1948, en la causa 573/46 junto a los, “Mosqueteros del Llano”, Francisco Moreno Morilla, Francisco Martín Ramírez y Juan Aparicio Jiménez que habían participado, el 5 de mayo de 1945, en el atraco al OCASO S.A., donde se incautaron de 6026 pesetas para la organización clandestina que fue entregada a Alfredo Cabello. Fueron condenados a la pena de muerte por el delito de Rebelión Militar. Aunque se le conmutó la pena a Francisco Martín por la de 30 años de prisión.
La noche previa a la ejecución de la sentencia, que era el 5 de marzo, estuvieron cantando himnos guerrilleros, la Internacional, etc. Cuando los llevaban para el cementerio gritaron: ¡Viva la República! ¡Viva el Socialismo! A Alfredo Cabello lo dejaron el último, el Teniente Coronel Juez, Juan Fariñas Carvajal fue el encargado de confirmarle la pena de muerte. Alfredo Cabello le dijo: "como usted va a ir esta noche dígame ¿está el nudo de la corbata bien?". Fariñas le contesto: ¡Sí está muy bien!. A. Cabello le espetó: "A ver si usted el  día que le toque su "hora" es capaz de hacerlo" y cuando fue a firmar le dijo: "Ha visto cómo no me tiembla el pulso! Cuando usted vaya esta noche allí verá como mueren los comunistas".[42].
En la misma causa que los anteriores, también se reconoce a Cristóbal Criado o Francisco Montoya, que fueron detenidos, junto a numerosos militantes, por sus actividades subversivas consistentes en  ocultación de armas, pintar la “R” de Resistencia y República, reparto de octavillas, colocación de banderas republicanas y servir de enlaces de las guerrillas.
La lucha armada continuaría en las sierras malagueñas dirigidas por José Muñoz Lozano “Roberto”[43], que toma las riendas de la guerrilla malagueña y granadina, en septiembre u octubre de 1946, apenas disponía 25 hombres, pero en unos meses había incorporado a más de 100 hombres y sin problemas para cubrir las bajas, precisamente en uno de los periodos de mayor dureza en la represión franquista.
Con "Roberto" la guerrilla de esta zona se reorganiza en dos grandes secciones, el 6º Batallón fundado por Ramón Vía y el 7º Batallón de nueva creación. Cada Batallón se dividía en Compañías y estas en Grupos, llegando a aglutinar a 150 guerrilleros auxiliados por una nutrida red de enlaces. Además de en la Axarquía malagueña actuaron en el Oeste y Sur de Granada penetrando hasta Archidona[44].
En 1947 comienza el llamado “trienio del terror” de la resistencia armada al franquismo. La condena del régimen de Franco por la Asamblea General de la ONU el año anterior era agua pasada y las potencias occidentales actúan bajo la lógica de “la guerra fría” viendo en la dictadura fascista un valladar contra el comunismo. Incluso en el Gobierno republicano en el exilio, presidido por Rodolfo Llopis, se deja notar el enrarecido ambiente internacional y, el 5 de agosto, el representante del PCE, Vicente Uribe presenta su dimisión del gobierno y Prieto que controla el PSOE en el exilio impulsa la disolución de la ANFD, mientras entra en conversaciones con monárquicos del interior[45]. Franco tenía las manos libres para dedicarse a fondo en el exterminio de la resistencia armada, siendo conocidos informes de la Dirección General de la Guardia civil en la que se exigía máxima dureza y no hacer prisioneros, es decir utilizar el asesinato legal mediante la universalización de la “Ley de Fugas”. Esta estrategia para exterminar a los guerrilleros pasaba por golpear brutalmente la red de enlaces y familiares de estos.
Desde Mundo Obrero se lanzó una campaña de denuncia internacional, sobre la oleada de detenciones, ejecuciones sumarias y de los crímenes aplicando la “ley de fugas” en España, intentando llamar la atención de las democracias occidentales sobre estos atropellos a los derechos humanos que el terror de Franco imponía.[46]
camarada "Roberto"
Si bien durante los años de 1948 y 1949 la Agrupación “Roberto” realizó gran número de acciones armadas por la provincia, desde octubre de 1948, el Buró Político del PCE, ya había iniciado un cambio táctico con respecto a la lucha armada, privilegiando el “entrismo” en las instituciones de la dictadura, en concreto en los sindicatos verticales. Parece que en el cambio tuvo que ver una reunión celebrada por una delegación del Buró Político del PCE, un mes antes, en el Kremlin con Stalin.[47]Era el principio del fin de la lucha guerrillera en España. 
En la resistencia armada, de los comunistas malagueños, también hay que destacar la labor de Pablo Pérez Hidalgo “Manolo el Rubio”[48] que apoyándose en refuerzos que llegaban desde el norte de África, consigue organizar, en 1943, la Agrupación “Stalingrado”. Estaba compuesta por unos cincuenta hombres y actuaba desde Cortes de la Frontera hasta Coin.  Como en la zona también actuaba, desde 1947, un grupo libertario mandado por Bernabé López de la Calle “Comandante Abril” y ante la oleada represiva del momento y los auspicios de un delegado del Comité Regional del PCE procedente de Sevilla, Manuel Abollado “Orejitas”, en febrero de 1949, se consiguió que se integraran y conformaran la Agrupación “Fermín y Galán” que actuaría en la Serranía de Ronda y en el Campo de Gibraltar bajo la dirección de “Bernabé” y la jefatura militar de “Manolo el Rubio” hasta el exterminio de buena parte de la partida guerrillera.

Nueva reorganización comunista  en Málaga.
En el verano de 1947 es detenido Ricardo Beneyto, responsable del Comité Regional del PCE. Y apenas unos meses después, el 6 de febrero de 1948, se produce la detención masiva de cuadros del Comité Regional en Sevilla, entre ellos los encargados de sustituir al primero, José Mallo Fernández, Manuel López Castro que había estado en Málaga bajo el seudónimo de “Alfredo” o “Jesús” y Luis Campos Osaba, este último junto a su compañera la malagueña Carmen Gómez Ruiz. En total cayeron cuarenta militantes y se desmanteló buena parte de la organización en Sevilla, Córdoba y Huelva (Causa 287/48).[49]         
En Málaga, a partir de la salida de la cárcel de Cristóbal Criado, en julio de 1948, y pasado unos meses, este empezó a realizar visitas a antiguos camaradas y con los más decididos, entre ellos contactó con José Silva Medina, que había salido en libertad, tras sobreseerse su causa en 1949, e iniciaron una nueva reorganización del Partido en Málaga, que estaba prácticamente desarticulado. Si bien la mayoría de los antiguos militantes habían rechazado participar, para eludir la presión policial o por considerarse “quemados” para la lucha clandestina, Cristóbal y José Silva  consiguieron poner en marcha nuevamente el Partido.
En un principio al carecer de contactos con los órganos superiores del Partido, recogían las orientaciones de Radio España Independiente, “La Pirenaica”, y trabajaban  según las instrucciones recibidas en el interior de la cárcel. Crearon una comisión encargada de reconstruir el partido, dotándolo de una organización más ágil y dinámica. A los pocos meses se contaba con distintos comités y con contactos regulares con el Comité Regional en Sevilla. Este contacto vino gracias a la intervención de Antonio Álvarez Cabeza, Secretario General del PCE en la Prisión Provincial, que conocía a Cristóbal Criado y mediante una carta de presentación pudieron realizarlo. El primer contacto con la organización malagueña pronto fue cambiado, ya que suponía que era seguido por la policía y fue sustituido por Miguel Caballero, utilizando como mediadora a la cordobesa, Catalina Buenestado Herrero, que se encontraba desterrada en la capital y a José Silva[50].
La nueva organización se estructuró territorialmente en radios, siguiendo la fórmula seguida durante el periodo final republicano. El Radio nº 1 comprendía toda la zona este de la capital, desde el río Guadalmedina hasta la barriada de El Palo y el Radio nº 2  la zona oeste, desde el mismo río hasta el río Guadalhorce y los nuevos comités pasaron de tres a cinco responsables. 
Coincide este periodo con un importante viraje en la táctica del partido que intenta combinar el trabajo ilegal con el aprovechamiento de las posibilidades legales en los sindicatos verticales, renunciando a la organización de sindicatos clandestinos, como los intentos de realizados de reorganizar la UGT, pues el único resultado que había dado era duplicar la organización clandestina del partido, multiplicando los riesgos de caídas, sin por ello aumentar la vinculación con las masas trabajadoras.[51] Cristóbal Criado cuenta como este cambio de táctica también produjo serias resistencias entre los militantes, ya que consideraban a estos sindicatos como organismos desacreditados entre los trabajadores y que formaban parte del régimen opresor que tenían por único objetivo el control de los obreros.[52]
 Cristobal Criado


Mientras Cristóbal Criado y José Silva empiezan a reorganizar el partido, también coexisten otros intentos. Así en 1949 José Sánchez Santos contacta con Manuel Morales Reyes que había llegado del exilio en Orán en 1947 y había instalado un taller de mecánica en la calle Alcazabilla y le propone que se haga cargo de la dirección en Málaga. Para ello concierta una reunión con una enviada del Comité Central, denominada “La Rubia”, que en realidad era una confidente de la policía, y que le pide hacerse cargo del partido y que en Sevilla el Comité Regional sabía de su llegada a España y por eso la enviaban. Pero Morales rechazó la oferta alegando que en el partido, posiblemente, se habían introducido confidentes y que lo primero que había que hacer era depurar el listado de militantes y contar solo con los más seguros. Además él debería controlar los contactos con la gente de la guerrilla. Esta supuesta enviada, “La Rubia”, no estuvo conforme con sus peticiones y desapareció.
Pepe Sánchez Santos
Al poco tiempo acontece una nueva caída en Málaga, que viene a coincidir con la del Comité Regional, siendo detenidos José Sánchez Santos y Manuel Barranco primero, siendo torturados brutalmente en Comisaría. Después detienen a Manuel Morales que fué llevado ante el jefe de la Brigada Político y Social, Manuel Tigerman, pero gracias a que Morales conoció lo que ya había declarado Pepe Sánchez, gracias a la compañera de Barranco, afirmó lo que iba diciendo el policía y le confirmó que él no se había hecho cargo del partido por lo que fue puesto en libertad, pero ya estaba “quemado” para la actividad clandestina y al año siguiente nuevamente se exilió, esta vez a Argentina.[53]
También en esta caída son detenidos García Elena y Salvador Trujillo Rueda, antiguo militar republicano, el 15 de mayo, delatado por un compañero. Este último fue torturado y temiendo no poder aguantar más los golpes se lanzó de cabeza contra el pincho del volante de un radiador de calefacción y se lo clavó en la frente. Estuvo durante 18 días entre la vida y la muerte, y posteriormente ingresó en prisión. 
En la década de los cincuenta comenzaba una nueva época de la resistencia comunista a la dictadura que estaría marcada por la política de Reconciliación Nacional.



[1] Para la toma de Málaga ver  BARRANQUERO TEXEIRA, Encarnación: Málaga entre la guerra y la posguerra. El franquismo. Arguval, Málaga, 1994, pp.19-28. CARDONA, G.: La Guerra Militar. España 1936-1939. Historia 16. Madrid, 1996, p. 52-57. NADAL, A.: Guerra Civil en Málaga. Arguval. Málaga,1984, p. 363- 404. 

[2] Para ver la situación de la retaguardia malagueña durante la guerra y el éxodo malagueño ver: PRIETO BORREGO, L, y BARRANQUERO TEXEIRA, E.: Población y Guerra Civil en Málaga: Caída, éxodo y refugio. CEDMA, Málaga, 2007, pp. 99- 128.  

[3] Para estudio de la represión en Málaga: BARRANQUERO TEXEIRA, E.: Málaga entre...,op.cit.p. 199- 265.
  
[4] Prácticamente la dirección provincial del PCE fue exterminada, siendo asesinados: el diputado Cayetano Bolívar Escribano (4-7-39); el Secretario Político provincial Rodrigo Lara Vallejo; el Secretario Local de la UGT, José Gallardo Moreno (1-7-41); Elvira Gallardo Moreno y su compañero Manuel Pardo Sosa (febrero 1937); José Cañas García de Antequera (12-4-39); Juan Lara Díaz (4-5-40) y su hermano Manuel, Secretario de Juventud del Partido de Vélez Málaga (11-2-40); Rafael Triguero Quijano, Presidente de la Federación Cultural Deportiva Obrera; los hermanos Juan y José Muñoz Lago del Valle de Abdalajís (4-5-40); Francisco Cruz Sánchez, alcalde de Ronda (13-4-40); Francisco Romero Añón alcalde de Marbella; Antonio Gómez Arias de Fuengirola; José Peña Díaz, Secretario General de Sedella (7-1-41); José Jiménez Alarcón, Secretario de organización de Mijas; Antonio Muñoz García, Secretario General de El Burgo (6-8-39); Julio Ramos Corral de Lagos (Vélez-Málaga,12-12-39); Francisco Bernal Trujillo, Secretario Juvenil de Álora (10-11-39); Joaquín Herrera Muñoz, concejal de Nerja; el periodista y forjador del Radio de Málaga José Ochoa Alcázar es arrojado a un cráter volcánico en Las Canarias donde estaba desterrado cuando triunfó la sublevación.

[5] Entrevista a Esteban Guerra Aragonés, natural de Fuengirola, era responsable de Organización de las JSU de Málaga cuando comienza la guerra y posterior responsable de milicias de la organización juvenil, además era miembro del Comité provincial del PCE.

[6] Enrique Sánchez García era un ferroviario malagueño y miembro del Comité Central del PCE que tuvo que salir de Málaga en 1931 tras un conflicto en la ciudad, hizo labores periodísticas para Mundo Obrero con ocasión de los sucesos de Villa de Don Fadrique, tras el golpe fascista era encargado de la Jefatura de Intendencia en la 4ª Sección del Estado Mayor del Ejército de Defensa de Madrid al mando de Miaja y del Ejército de Operaciones del Centro y luego de los Servicios de Intendencia del Ejército del Centro con el grado de comandante.

[7] Ver FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C.: Madrid clandestino. La reestructuración del PCE, 1939-1945. Fundación Domingo Malagón, Madrid 2002, p. 75-82. HEINE, H.: El Partido Comunista de España durante el primer franquismo (1939-1956), p. 70-73, en PAPELES DE LA FIM Nº 22 “I Congreso sobre la Historia del PCE 1920-1977” , Madrid 2004.

[8] RODRÍGUEZ CHAOS, M.: 24 Años en la cárcel. Ed. Forma. 1977, p. 105. Para ver estos hechos en Madrid ver: HEINE, H.: La oposición política al franquismo. De 1939 a 1952. Crítica. Barcelona, 1983 y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C.: Madrid clandestino..., op.cit. p.82.

[9] Entrevista a José Sánchez Santos, miembro del Comité Provincial del PCE desde 1935, encargándose de la acción política entre el ejército, participando en las MAOC. Durante la guerra fue Comisario político del Regimiento “Vitoria” nº 8.

[10] Según testimonio de Antonio Fernández Vargas el sepulturero era del PCE. Se llamaba Juan Ramírez. Entrevista a Antonio Fernández Vargas “El Jardinero” el 7 de julio de 1993.

[11] Testimonio manuscrito de Joaquín Luna en BARRANQUERO TEXEIRA, Encarnación: La reorganización del PCE en Málaga después de la guerra civil, p. 88-89. En PRIETO BORREGO, Lucía. (coord..): Guerra y franquismo en la provincia de Málaga. Nuevas líneas de investigación. UMA. Málaga, 2005.

[12] Ibidem. p. 85-88.

[13] IBARRURI, D. (coord..): Historia del Partido Comunista de España. Editions Sociales. Francia 1960, p. 139.

[14] Entrevista a Francisco Montoya Fernández.
[15] AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla antifranquista en Nerja. Ed. IULV-CA, Nerja, 1996, pp. 58-59.

[16] HEINE, H.: La Oposición política al franquismo. Crítica. Barcelona, 1983, p. 221-222. La red de transmisiones se creó un año antes cuando un grupo de seis militantes, provistos de varias emisoras portátiles desembarcaron en noviembre de 1943 en una pequeña cala de Nerja y procedieron a establecer un contacto directo entre la dirección del Partido en el interior y la del norte de África. La aventura apenas duró tres meses y le costó la vida a cinco de los relacionados con la cadena de transmisiones que cayeron en el pelotón de fusilamiento junto al dirigente Jesús Carreras enviado a Madrid en 1942 para sustituir a Quiñones.
[17] Del Manuscrito de Joaquín Luna “El proceso de 1944” en Páginas trágicas de la lucha antifascista, en BARRANQUERO TEXEIRA, E.: la reorganización del PCE en Málaga..., op. cit. p. 90-91 y original facilitado por la autora.

[18] Causa 1174/45, en CRIADO MORENO, C.: El PCE que viví en Málaga, 1920-1977. Recuerdos de un veterano dirigente comunista. Málaga, 2004, pp. 98-99 y AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla antifranquista en Nerja. Ed. IULV-CA. Nerja, 1996, p. 82-84.
[19] Ver Causa 573/46: Contra Alfredo Cabello Gómez-Acebo y sesenta y nueve más, en  ROMERO NAVAS, J. A.: La guerrilla en 1945. Proceso a dos jefes guerrilleros: Ramón Vías y Alfredo Cabello Gómez-Acebo. Diputación Provincial. Málaga, 1999, p.125-303.

[20] UNIDAD, ORGANO OFICIAL DEL Comité Provincial del PC de Málaga al servicio de la unidad, nº 3 enero 1946. Sig. 18/6Archivo Histórico del PCE, (AHPCE).

[21] VANGUARDIA, órgano del PCE de la Prisión al servicio de la República. Sig. 24/6, (AHPCE).

[22]  Manuscrito de Joaquín Luna Nieto, Páginas trágicas de la lucha antifascista.

[23] Entrevista a Francisco Montoya Fernández.

[24] Nuestra Línea, boletín del Comité Provincial de Málaga. Sig. 23/2 (AHPCE).

[25] Ibidem, nº 2, 1945.

[26] Ibidem, nº 3, 1946.

[27] HEINE, H.: La oposición política...,op. cit. p.228-236.

[28] CRIADO MORENO, C.: El PCE que viví en Málaga, 1920-1977. Recuerdos de un veterano dirigente comunista. Málaga, 2004, p.97.

[29] Nuestra Bandera, nº 16 (Extraordinario) de marzo de 1947, Archivo Comité Provincial del PCE  (APCEMA).

[30] Entrevista Carmen Gómez Ruiz.

[31] Nuestra Bandera, nº 18 de junio de 1947, (APCEMA).

[32] Ibidem, nº 19 de julio de 1947.

[33] MORENO GÓMEZ, F.: La resistencia armada contra Franco. Crítica, Madrid, 2001, p. 241.

[34] Para todo el caso de Ramón Vía ver: ROMERO NAVAS, J.A.: La guerrilla en 1945. Proceso a dos jefes guerrilleros: Ramón Vías y Alfredo cabello Gómez Acebo. CEDMA, Málaga, 1999, p.45-123. Asimismo en AZUAGA RICO, M.: La guerrilla antifranquista en Nerja. Ed. Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía, Nerja. 1996, p. 63-80. También en SOREL, A.: La guerrilla antifranquista. La historia del maqui contada por sus protagonistas. Txalaparta, Navarra, 2002, p. 193-203.

[35] “Yo acuso” por Ramón Vía Fernández, detención y tortura, diciembre de 1945. Testimonios de la cárcel de Málaga, Sig: Caja 40, carp. 6 (AHPCE).

[36] Manuel Morales Reyes recuerda que con ocasión de una detención suya, en 1949, el Jefe de la Brigada Político y Social, Manuel Tigerman, elogió la valentía de Ramón Vía y le contó que un día en los interrogatorios le dijo: “...Bueno Ramón, hombre dime una palabra, terminamos, y te paso a la cárcel, porque esto no tiene fin. Y dice Ramón Vía: No, una palabra no, te voy a decir dos. Con una basta, le dijo el comisario, y Ramón Vía dijo: ¡Viva la República!. La reacción del comisario fue: Mira le metí una mascá que lo tiré debajo de una mesa”.
  
[37] ATAQUE, órgano del alto mando del Ejército Guerrillero, nº 10 de 1 de marzo de 1946. Sig. 140/2, (AHPCE).

[38] Mundo Obrero, suplemento regional de Andalucía, de 15 de mayo de 1946, que se encontraba inserto en la Causa 582/46 en AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla...op. cit. p. 71.

[39] SERRANO, S.: Maquis...op. cit. p.187.

[40] Según Cristóbal Criado la detección de los escapados fue posible por la delación de la mujer de Salvador Bermúdez, ver CRIADO MORENO, C.: Mi infancia...op. cit. pp. 92-98 y ROMERO NAVAS, J.A.: La guerrilla en 1945...op. cit. pp.89-123.
  
[41] Era natural de Zamora, abogado y periodista y había estado exiliado en Argentina y Chile hasta regresar clandestinamente a España, el día 3 de septiembre, por la frontera francesa.

[42] Entrevista a Antonio Fernández Vargas “El Jardinero”. Según este un sepulturero que era miembro del Partido, Juan Ramírez, le confirmó a Antonio que Alfredo Cabello les echó un discurso al mismo pelotón de la Guardia Civil antes de fusilarlo.

[43] Natural de Ciudad Real y dependiente de profesión, había luchado en la guerra civil y en la Resistencia al nazismo en Francia, fue enviado a España en 1944 para incorporarse a la lucha.

[44] AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla antifranquista...op. cit. p. 98.

[45] Nuestra Bandera, nº 20 de agosto de 1947, (APCEMA)

[46] Ver MORENO GÓMEZ, F.: La resistencia armada contra Franco. Crítica, Barcelona, 2001, p. 532 donde hace referencia al Mundo Obrero de 30 de septiembre de 1948.

[47] Ver en SERRANO, S.: Maquis..., op.cit. p. 287-291 y en AZUAGA RICO, J.M.: La guerrilla..., op. cit. p. 170- 175.

[48] TORBADO, J. y LEGUINECHE, M.: Los Topos. Argos-Vergara. Barcelona, 1977, p.423-449. También en la página web de Paisajes de la Guerrilla: www.guerrillas.info con entrevista al personaje y estudio de Luis García Bravo. Este dirigente guerrillero era natural de Bobadilla de familia jornalera y había ingresado en el PCE en 1931, siendo el secretario general del Radio de esta localidad y afiliado a la UGT, durante la guerra presidió el Comité de Guerra hasta la toma del pueblo el 14 de agosto de 1936.

[49] LEMUS, E. (Estudio preliminar): Cárcel de amor. Ed. Fundación El Monte. Sevilla, 2005, p.26-27. Relación de cartas de índole amorosa entre los presos Carmen Gómez Ruiz y Luis Campos Osaba mientras este era condenado a muerte y fusilado en 1949. 

[50] CRIADO MORENO, C.: El PCE que viví..., op.cit. p.117-121 y del mismo autor Mi juventud y mi lucha...,op.cit. p.139142.

[51] CLAUDÍN, F.: El nuevo movimiento obrero español, en MAGRI, L. y VV.AA.: “Movimiento Obrero y acción política”. Ed. Era S.A. México, 1975, p. 86-87.

[52] CRIADO MORENO, C.: El PCE que viví...,op.cit. p. 123.

[53] Entrevista a Manuel Morales Reyes.