sábado, 15 de mayo de 2010

Blas de Otero vuelve con sus últimos poemas aún inéditos y nos devuelve la palabra

Blas de Otero ha sido uno de los poetas llamados "sociales" que con mayor calidad ha creado versos de denuncia. Bilbaíno de nacimiento, murió hace 31 años en la ciudad madrileña de Majadahonda. Desde esa fecha muchos han sido los recopilatorios y homenajes pero nunca hasta este momento se había publicado su libro inédito “Hojas de Madrid con La galerna”.
Galaxia Gutenberg ha sido la editorial encargada de sacar por fin a la luz dichos poemas, eternamente esperados y que a modo de suspense nunca acababan de aparecer publicados. Sólo algunos de ellos habían aparecido esporádicamente en publicaciones varias.
La obra en cuestión se divide en dos partes diferenciadas, “Hojas de Madrid” y “La Galerna”. La primera está formado por poemas que surgen a raíz de su regreso de Cuba, donde había pasado los años anteriores, por culpa de una grave enfermedad. La entrada en quirófano le sirve para a lo largo de los días, durante casi 10 años, describir su situación actual y a la vez recapitular sobre las vivencias de esa última época. Escrito con tensión pausada recapitula sobre el amor, los viejos barrios o la música. “La Galerna”, en clara alusión a la tempestad marina del Mar Cantábrico, en cambio se centrará en su personalidad más depresiva, presente en él a lo largo de los años.
Con la edición de esta obra se hace justicia a la figura de Blas de Otero, dejando por fin finiquitada la cuestión de poner al alcance de todos sus poemas inéditos. El escritor bilbaíno pese a pertenecer a ese tipo de artistas reivindicativos y sociales, siempre encontró, sin abandonar su claro compromiso, formas nuevas de escribir con las que innovar y sorprender a sus lectores.
Fuente: tercerainformación
"HOJAS DE MADRID CON LA GALERNA"
Vieja historia

Había un albañil enjalbegado.
Un torrente de luna transparente.
Ladrillo tras ladrillo, lentamente,
el edificio izó su ramo alzado.

El albañil pensó pondré el tejado,
cuatro ventanas y una luz enfrente.
La plaza se llenó de turbia gente,
el radiante albañil fue masacrado.

Las ventanas quemaban como soles.
El ramo se escurría por el suelo.
Los ladrillos temblaban y plañían.

Es una vieja historia de españoles,
conquistadores de un vacío cielo,
mientras los campos áridos ardían.

Historias fingidas y verdaderas

Estas historias que se acercan tanto
a la verdad, son puro fingimiento:
no ostentan otro firme fundamento
que la verdad que veo y toco en cuanto

escribo y finjo que soñé: vi tanto,
tanta realidad se llevó el viento,
que imaginé ya fútil aspaviento
vida, sueño, verdad, historia, espanto.

Nací en España, y en España apenas
engendra la razón sino hórreos sueños
y lo que existe, existe a duras penas.

Tal fue la historia de mi vida:
imagen real y semejanza de los sueños
de mi patria. Compruébenlo, barajen.

Penúltima palabra

Dentro de poco moriré.
El zafarrancho de mi vida
toca a su fin. El alma está partida,
y el cuerpo a punto de partir. Lo sé.

Amé la vida, sin embargo.
Bien sabes tú que la amé mucho.
Aunque me expulsen de la vida, lucho
aún. Ancho el amor y el dolor largo.

Veo los ríos, me conmueven.
Contemplo un árbol, quedo absorto.
El mar inmenso me parece corto
de luces frente a muertos que se mueven.

He caminado junto al hombre.
Participé sus arduas luchas.
Muchos han sido los fracasos; muchas
más las conquistas que no tienen nombre.

Dentro de poco moriré.
Aquí está todo mi equipaje.
Cuatro libros, dos lápices, un traje
y un ayer hecho polvo que aventé.

Esto fue todo. No me quejo.
Sé que he vivido intensamente.
(Demasiado intensamente.) Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.